Cáncer de mama: qué es y cómo prevenirlo

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El cáncer de mama es el cáncer más común en las mujeres. Aunque no se sabe qué es lo que lo causa, se reconocen algunos factores que aumentan el riesgo de enfermar. No hay una única causa que lo provoque sino que es producto de diferentes factores de riesgo y de estilos de vida, así como también de una carga genética que predispone a la mujer a enfermar o no.

 Cómo se desarrolla 

Los órganos del cuerpo están constituidos por células que normalmente crecen y se dividen para formar nuevas células a medida que el cuerpo las necesita. Algunas veces este proceso se descontrola y se forman células nuevas cuando el cuerpo no las necesita, o bien células viejas o dañadas no mueren cuando deberían morir. Esto forma una masa de tejido que se conoce como tumor y puede desarrollarse en distintas partes del tejido mamario.

Los tumores en la mama pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). En los tumores benignos las células crecen localmente y no se extienden a otras zonas. Mientras que en los tumores malignos las células invaden a los tejidos vecinos, entran en los vasos sanguíneos y pueden diseminarse por el organismo, provocando lo que se denomina metástasis.

 Signos de alerta 

Se debe tener en cuenta que cuando el cáncer de mama es detectado tempranamente se incrementan las posibilidades de cura. Por eso es importante hacerse mamografía, sobre todo a partir de los 50 años, y consultar al médico ante cualquier signo de alerta:
– Bulto o nódulo palpable.
– Cambios en la textura o enrojecimiento de la piel de las mamas.
– Cambios en la textura y forma del pezón.
– Secreción o sangrado por el pezón.

 Factores que aumentan el riesgo de padecerlo 

– Edad: la predisposición a enfermar de cáncer de mama aumenta con la edad, en especial después de los 50 años.
– Antecedentes personales: antecedentes en la familia de mujeres que hayan tenido cáncer de mama u ovario.
– Tratamiento con radioterapia dirigida al pecho.
– Tratamiento con hormonas, como estrógeno y progesterona, luego de la menopausia.
– Inicio de la menstruación a edad temprana o menopausia a edad tardía, después de los 55 años.
– Edad avanzada en el primer parto: ser madre primeriza después de los 30 años.
– No haber tenido hijos.
– Obesidad.
– Sedentarismo.
– Ingesta de alcohol: tomar más de 2 copas de vino por día o alguna bebida equivalente.

 Consejos para prevenirlo

– Realizarse mamografías periódicamente. Lo recomendable es hacérselas a partir de los 45/50 años. Además de efectuar autoexploraciones, las cuales deben llevarse a cabo a partir de los 18 años.

– Comer adecuadamente -dentro de las posibilidades-: frutas, verduras, legumbres; cocinar con aceite de oliva; aumentar el consumo de fibra; disminuir las carnes rojas y grasas.

– Evitar hábitos dañinos, como fumar o abusar de las bebidas alcohólicas.

– Realizar ejercicio físico con regularidad, adaptándolo siempre a la edad y situación personal.

 Métodos de estudio 

Mamografía: es un método de diagnóstico por imágenes que consiste en realizar una radiografía de las mamas. Con este estudio es posible detectar el cáncer de mama en su fase temprana, cuando todavía no presenta síntomas, es decir, la lesión no es palpable. De este modo, es posible recurrir a mejores posibilidades de cura, con tratamientos menos agresivos que los que se realizan cuando el cáncer está más avanzado.

Ecografía: es otro método de diagnóstico por imágenes, y se usa en forma complementaria al estudio mamográfico.

Resonancia magnética: es un método tecnológico no invasivo que produce imágenes anatómicas tridimensionales. Se emplea básicamente en mujeres con fuertes antecedentes familiares y mutaciones genéticas.

Biopsia: este método consiste en extraer una pequeña porción de tejido de la mama para ver si se presentan células cancerosas y, en tal caso, definir el tipo de cáncer del que se trate. El médico puede realizar una biopsia en caso de detectar algún nódulo.

 Para tener en cuenta 

Cuanto más temprano se detecte el cáncer mejores son las opciones de curación. Y aun cuando se descubriera en estadios avanzados siempre existe la posibilidad de tratarlo con éxito. La decisión sobre el tratamiento a realizar debe tomarse a partir de un diálogo entre la paciente y el cuerpo médico, llegando a un consenso entre ambos. Esta decisión siempre debe darse respetando los valores de las pacientes, sus preferencias, sus derechos y sus necesidades.

Conocé más en www.argentina.gob.ar/salud/inc
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